Fundamentos
Los animales pagaron por su domesticación con su libertad evolutiva. Ellos perdieron su independencia genética
Olvidados los tiempos oscuros en que los animales (no humanos) eran meras máquinas estímulo – respuesta, ahora somos libres de contemplar sus vidas mentales. Frans de Waal
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El principal aporte de la etología cognitiva ha sido demostrar que animales humanos y no humanos son seres cognitivos, empáticos, neuroafectivos, solidarios, conscientes, compasivos y particularmente que tienen una vida, que esperan que fluya y los no humanos no esperan terminar siendo alimento, diversión, ser explotados o convertidos en “mascotas”, internos de cárceles – zoológicos, cárceles – acuarios, discriminados y de las conocidas aberraciones antropomorfizantes.
Jaak Panksepp (1998), denominó neurociencia afectiva a las emociones de los animales no humanos y las relacionó con las de los animales humanos de una manera donde es poco probable encontrar diferencias entre unos y otros. La única diferencia la habría indicado Siegmund Freud, para quién el humano adquirió una posición dominante sobre las otras especies, atribuyéndose un alma inmortal y un origen divino, que le permitió aniquilar el lazo comunitario entre el y el resto del reino animal.
La etología cognitiva ha demostrado que las experiencias emocionales en los animales no humanos, se encuentran mucho más fuertemente comprobadas que el hecho que no las posean (Balcombe, 2009) y en consecuencia, nos enfrentamos a lo que Stephen Hawking, señala como la verdad incómoda, que siempre era fácil decir que los animales (no humanos) no tienen consciencia y ahora no podemos decir que no lo sabíamos.
Siguiendo a de Waal (2017), la etología cognitiva ha permitido olvidar los tiempos oscuros en que los animales no humanos eran meras máquinas estímulo – respuesta, para permitirnos ser libres de contemplar sus vidas mentales.
En Julio de 2012 se hizo pública la conocida “Declaración de Cambridge”, que en lo fundamental expresa que los humanos no son los únicos en poseer “la base neurológica que da lugar a la consciencia (consciousness), sino que es un proceso común a todos los mamíferos – principalmente los que se asesinan para comer sus cadáveres –, aves y muchas otras especies”.
Este descubrimiento, sin duda trastorna irreversiblemente la posición antropocentrista, especista, sustentable y especialmente demuestra que los animales humanos no debieran gozar de ninguna supremacía sobre el resto del entorno porque son una parte constitutiva de él.
El proceso de la cognición, en los que interviene la percepción, el aprendizaje, la memoria y la resolución de problemas, genera la variable de la inteligencia, que además se desarrolla por el contacto social con sus semejantes y posteriormente con otras especies, como los animales humanos.
La base de la formación de la IIE, es particularmente apoyada por el creciente intercambio social, como ha ocurrido con las especies domesticadas más cercanas al humano.
El denominado big five (Thurstone, L.,1934), es representada por la actividad social, interacción social, responsabilidad, estabilidad emocional y habilidades para aprender, es decir un proceso de atracción social, requisito para formar grupos sociales complejos. En la IIE el proceso puede ser considerado parte de la evolución convergente (Hare y Tomasello, 2005) y se caracteriza por crear e intensificar las herramientas especializadas interespecies que elicitan el aprendizaje y la interacción.
En principio el valor más significativo de la etología cognitiva está en que demuestra la semejanza entre los animales (humanos y no humanos), en palabras de Panksepp (2011), las semejanzas entre las emociones humanas y no humanas, son verdaderamente destacables.
Sin embargo el propósito que se debe considerar es el hecho que los animales humanos no debieran gozar de ninguna supremacía sobre los otros miembros de la naturaleza, no importando su situación relacional. Toda vida debe ser respetada porque en si es valiosa para quien la posee.
Los conceptos clave que aporta la etología cognitiva al desarrollo de la IIE : emoción, cognición, empatía, solidaridad, compasión, neuroafectividad. Percepción, aprendizaje, memoria, resolución de problemas. Inteligencia que elicita la actividad e interacción social. Respeto e igualdad.
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El primer objetivo, en el ámbito de la IIE está dirigido a orientar una relación